Desde muy pequeño, mis padres y mis abuelos me enseñaron a disfrutar de la naturaleza y de los tesoros que esconde. Muchos fueron los días que compartimos juntos en el campo. A día de hoy algunos ya no están, pero su recuerdo se mantiene vivo cada vez que me encuentro con las montañas.

Mi trayectoria profesional en sus inicios estuvo dedicada a la aviación, la cual era una de mis pasiones desde que tengo uso de razón. Después de trabajar durante 9 años en el mantenimiento de aeronaves decidí dar un giro a mi vida. No es que no me gustase mi profesión, pero me sentía cada vez más encerrado.

Mi fascinación por la montaña y el autoconocimiento siempre estuvieron presentes, por lo que paralelamente a mi trabajo empecé a formarme como guía de montaña y profesor de Ashtanga yoga. Decidí convertir mi pasión en mi profesión. Fueron momentos duros, momentos de cambio, aprendizaje y mucho esfuerzo. 

A día de hoy me siento satisfecho con mi decisión y mi nuevo camino. Me encanta transmitir la práctica del yoga y llevar a las personas a los sitios más espectaculares de este planeta.